NO VEMOS LAS COSAS COMO SON SI NO CÓMO NOS SENTIMOS
¿Qué es lo que vemos cuando vemos?
La afirmación a la que se hace referencia invita a la reflexión partiendo de la honestidad y del autorreconocimiento. Si tal como señala Krihnamurti «No vemos las cosas como son, sino como somos» entonces todo aquello que interpretamos y juzgamos es matizado por la historia de vida que nos ha llevado al presente. Esa propia realidad que “contamina” la manera como vemos y lo que vemos, establece un vaso comunicante condicionando la calidad con la que establecemos nuestras relaciones interpersonales.
Ese filtro interpretativo es producto de una compleja construcción que deriva de las vivencias y las lecturas que hemos hecho de los acontecimientos, de los aprendizajes que desde muy temprana edad han ido tallando nuestra vida para convertirse en los referentes desde donde nos relacionamos con los demás y con ello la manera cómo entendemos lo que acontece. Un tema sin duda del ámbito de la Psicología que bien vale la pena reconocer como valioso recurso para el crecimiento y el desarrollo personal.
Se habla mucho de creencias, sobre todo de creencias limitantes. Sin embargo, poco se habla de las causas científicas que existen detrás de esas creencias. Este artículo es una tentativa para explicar sencillamente cómo nuestro cerebro forma las creencias y por qué es tan laborioso deshacerse de algunas de ellas.
Antes que nada, creo necesario definir o explicar más bien, qué son las creencias. Verán: junto con otros “componentes” de nuestro inconsciente, como pueden ser los valores o los recuerdos implícitos, las creencias forman parte de una especie de sistema operativo de nuestro cerebro. Sobre esa base de programación operamos, nos guiamos y vivimos. Nuestras experiencias, observaciones, opiniones y aprendizajes, así como recuerdos, carácter genético, valores y creencias, son los cimientos sobre los cuales edificamos nuestras capacidades, comportamientos y actitudes. Las creencias en concreto son esencialmente juicios y opiniones que tenemos sobre nosotros mismos y el mundo que nos rodea. Pero ¿cómo se han llegado a formar esas opiniones y evaluaciones?